“El mundo es azul como una naranja” escribió Paul Éluard, y bajo esta metáfora poética, el artista José Bedoya Sáenz invita a un viaje cromático que celebra la belleza del planeta.
Esta muestra es un homenaje a la Tierra, a su energía, movimiento y luz, transformados en color sobre el lienzo. Una memoria afectiva que convierte cada trazo en un acto apasionado de amor al mundo.